Después de casi 30 años en la Justicia, Julieta Makintach enfrenta uno de los momentos más críticos de su carrera. A las 10 de la mañana, en La Plata, el jurado de enjuiciamiento leerá el veredicto que determinará si la magistrada pierde su cargo o resulta absuelta. En caso de destitución, Makintach también podría quedar inhabilitada de por vida para ocupar cargos judiciales. El juicio político se desarrolla en el subsuelo del anexo del Senado bonaerense, presidido por la jueza Hilda Kogan, con un tribunal compuesto por cinco legisladores provinciales y cinco abogados conjueces sorteados, quienes evaluaron las pruebas y escucharon a los testigos durante seis audiencias. Los cargos en su contra señalan que Makintach abusó de su poder al permitir la filmación clandestina del documental Justicia Divina durante el juicio por la muerte de Maradona, afectando la imparcialidad del proceso, perjudicando a las partes y dañando la credibilidad del Poder Judicial, según la fiscal general Analía Duarte. En aquel entonces, la jueza formaba parte del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de San Isidro, pero subrogó en el TOC N°3 junto a sus colegas Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso. Makintach sostiene que desconocía que se trataba de una miniserie de seis capítulos centrada en la muerte del exfutbolista y asegura que solo participó de una entrevista para un proyecto de su amiga María Lía Vidal y el escritor Juan Manuel Demilio, enfocado en su rol como mujer en la Justicia. Sin embargo, la acusación sostiene que todos, incluida la productora “La doble”, sabían que el video utilizaba como gancho el juicio por Maradona, con un valor estimado de US$800.000. La jueza autorizó personalmente el ingreso de camarógrafo, iluminador, maquilladora y guionista al edificio de tribunales, incluso un domingo, para grabar imágenes de ella caminando por los pasillos. Entre las pruebas presentadas se encuentra una “escaleta” con los títulos de los seis capítulos del documental, incluido uno llamado “La sentencia”, lo que según la acusación sugiere que el final del juicio “ya estaba escrito”, comprometiendo la imparcialidad de Makintach. Otra declaración relevante provino de una custodia del tribunal, quien afirmó que la jueza le pidió que “deje a su gente en paz” cuando intentaron retirar a Vidal y Demilio de la sala. La defensa de Makintach argumenta que no se comprobó ninguna irregularidad, que no infringió normas y que no actuó con dolo. Además, antes de iniciar el jury, los abogados Darío Saldaño, Nicolás Urrutia y Juan Martín Cerolini solicitaron la nulidad del proceso, calificándolo de “caza de brujas” motivada por la visibilidad mediática de la jueza. Actualmente, Makintach está suspendida por el Consejo de la Magistratura con una reducción del 40% de su salario, destinado a cubrir honorarios del jurado y costas administrativas. La destitución no sería una condena penal, pero permitiría avanzar con las investigaciones por cohecho pasivo, abuso de autoridad, incumplimiento de deberes y malversación de caudales en la Justicia de San Isidro. El jurado que definirá la suerte de Makintach está compuesto por los senadores Ariel Martínez Bordaisco (UCR) y Sergio Raúl Vargas (Unión Reunión y Fe); las diputadas Abigail Gómez (La Libertad Avanza), Maite Milagros Alvado (Unión por la Patria) y Guillermo Castello (La Libertad Avanza); y los abogados Álvaro García Orsi, Pablo Agustín Grillo Ciocchini, Fabián Ramón González, María Victoria Lorences y Mirta Daniela Greco. Opinión pública: Este juicio político y su veredicto tienen un alto impacto mediático y social, ya que cuestiona la transparencia de un tribunal que estuvo al frente de un caso emblemático como la muerte de Diego Maradona, y refleja la sensibilidad de la ciudadanía sobre la imparcialidad judicial en casos de gran repercusión. TAPA DEL DÍA